En el Teatro de Madrid se da una eclosión sísmica y sistémica desde el pasado jueves 17 de marzo. Modernidad, renovación, plástica flotante, innovación y cámaras de aire creativo elevan gracilidad y elegancia móvil de un elenco joven y entusiasta, escultural y voluble. En tres movimientos para un collage danzado, la esbeltez y el rigor pendulan de tablas a la catarata inclinada de butacas que abrazan un escenario que cobra vida mediante la luz, el movimiento, la fuerza, la expresión, la música, la sincronía y la viva ocupación, quiebro y atravesamiento del espacio. El denso y el vidrioso, el inquebrantable, el vacuo, el traslúcido. El cuadrado, el cúbico y el hueco. Para hacer del cuerpo objeto, títere, bestia y corveta per se; para atraer a otras disciplinas que conforman un espectáculo tan estético como dramático al tiempo que dinamiza todo un concepto estructural, expositivo y artístico, que excede la eminente coreografía y se convierte en instalación viva. En lienzo húmedo, en torno girante y en escultura viviente. En fractura corcovada y en brinco vibrante.
La Compañía Nacional de Danza 2, que estrenó dirección artística el pasado verano con el francés Hervé Palito, propone un programa compuesto por dos estrenos absolutos y uno de los mejores recuerdos del que fuera director de la compañía, Nacho Duato, antes de que, el pasado enero y tras cumplir su décimo aniversario en la Compañía Nacional de Danza, comenzase a dirigir el Ballet del Teatro Mijailovski de San Petersburgo. Everything Might Spill, Fractus y Gnawa son las tres coreografías que, en poco menos de dos horas, aseguran el buen estado de salud de la compañía y una intersección de lenguajes que favorecen el gesto voladizo de un cuerpo en un escenario y de un sentido representado. La canadiense Lesley Telford arranca este tríptico con Everything Might Spill, sobresignificando el título con una coreografía tensa y espasmódica, sobresaltada y autómata, sobre la rotura del equilibrio y la fragilidad de una estabilidad real ilusoria (¿qué es, si no, vivir?). De protagonismo múltiple en coreografías normalmente lucidas en grupos que pincelan la superficie del cuadrilátero, las luces, la música seleccionada (Alva Noto + Ryuichi Sakamoto, Max Ricther, Murcof, entre otros), las sombras y el tono general de esta partitura física, viva y en movimiento, conviven con un habitáculo cilíndrico que bloquea el cuerpo y lo embelesa con la posibilidad de un movimiento soñado, ametrallado por cinco proyectores y diapositivas en un bello ejercicio cinético que complementa este turbio vuelo. Ocho cuerpos. Quince minutos. Fractus, de la madrileña Luisa María Arias (también responsable de una fascinante escenografía), nos traga sin previa mascada, nos engulle en una sustancia abotargada, flotante, absorbente, negra. Un tropo de un mundo contaminado del que apenas uno puede escaparse sin que esa substancia brea vuelva a devorarle. Las carreras, el vestuario (magnífico, de Cecile Christy), la ductilidad y el encuentro purificado con un yo ulterior, oscilan en colores, minimalismo sonoro y ritmos épicos, brincos, impulsos, acrobacias trenzadas y cabriolas en un montaje esteticista con el que realmente epatamos en su primera parte. Siete cuerpos. Quince minutos.
Pasado ese cuarto de hora es Gnawa, del valenciano Duato, la que llega el escenario con un elenco más poblado (hasta trece cuerpos fibrosos y cautivadores de bailarines que ya hemos visto en las piezas precedentes y donde reconocemos algunos de los que hubiéramos visto ya en montajes de este Nacho exiliado) en el que se concede un protagonismo de figuras más clásico y cartesiano (sin dejar de lado las construcciones de respingones grupos esculturales) entre sonidos africanos y nuestros en una sensualidad palpitante y espiritosa, organicidad y rito danzante. Un punto y final que salpica pasión y que encuentra su réplica en un aplauso y “bravos” en uno de los reencuentros por las tablas más necesitados. En una reverencia que inclina la cabeza de ellos cuando, agradecidos, debidos y entregados, baja el telón, el momento nos eleva la nuestra con orgullo por la CND2, el contagio y cierta embriaguez de satisfacción. Por un rencuentro escénico bailado. Por salir del Teatro de Madrid agitados.
La Compañía Nacional de Danza 2, que estrenó dirección artística el pasado verano con el francés Hervé Palito, propone un programa compuesto por dos estrenos absolutos y uno de los mejores recuerdos del que fuera director de la compañía, Nacho Duato, antes de que, el pasado enero y tras cumplir su décimo aniversario en la Compañía Nacional de Danza, comenzase a dirigir el Ballet del Teatro Mijailovski de San Petersburgo. Everything Might Spill, Fractus y Gnawa son las tres coreografías que, en poco menos de dos horas, aseguran el buen estado de salud de la compañía y una intersección de lenguajes que favorecen el gesto voladizo de un cuerpo en un escenario y de un sentido representado. La canadiense Lesley Telford arranca este tríptico con Everything Might Spill, sobresignificando el título con una coreografía tensa y espasmódica, sobresaltada y autómata, sobre la rotura del equilibrio y la fragilidad de una estabilidad real ilusoria (¿qué es, si no, vivir?). De protagonismo múltiple en coreografías normalmente lucidas en grupos que pincelan la superficie del cuadrilátero, las luces, la música seleccionada (Alva Noto + Ryuichi Sakamoto, Max Ricther, Murcof, entre otros), las sombras y el tono general de esta partitura física, viva y en movimiento, conviven con un habitáculo cilíndrico que bloquea el cuerpo y lo embelesa con la posibilidad de un movimiento soñado, ametrallado por cinco proyectores y diapositivas en un bello ejercicio cinético que complementa este turbio vuelo. Ocho cuerpos. Quince minutos. Fractus, de la madrileña Luisa María Arias (también responsable de una fascinante escenografía), nos traga sin previa mascada, nos engulle en una sustancia abotargada, flotante, absorbente, negra. Un tropo de un mundo contaminado del que apenas uno puede escaparse sin que esa substancia brea vuelva a devorarle. Las carreras, el vestuario (magnífico, de Cecile Christy), la ductilidad y el encuentro purificado con un yo ulterior, oscilan en colores, minimalismo sonoro y ritmos épicos, brincos, impulsos, acrobacias trenzadas y cabriolas en un montaje esteticista con el que realmente epatamos en su primera parte. Siete cuerpos. Quince minutos.
Pasado ese cuarto de hora es Gnawa, del valenciano Duato, la que llega el escenario con un elenco más poblado (hasta trece cuerpos fibrosos y cautivadores de bailarines que ya hemos visto en las piezas precedentes y donde reconocemos algunos de los que hubiéramos visto ya en montajes de este Nacho exiliado) en el que se concede un protagonismo de figuras más clásico y cartesiano (sin dejar de lado las construcciones de respingones grupos esculturales) entre sonidos africanos y nuestros en una sensualidad palpitante y espiritosa, organicidad y rito danzante. Un punto y final que salpica pasión y que encuentra su réplica en un aplauso y “bravos” en uno de los reencuentros por las tablas más necesitados. En una reverencia que inclina la cabeza de ellos cuando, agradecidos, debidos y entregados, baja el telón, el momento nos eleva la nuestra con orgullo por la CND2, el contagio y cierta embriaguez de satisfacción. Por un rencuentro escénico bailado. Por salir del Teatro de Madrid agitados.
Dirección Artístitca: Hervé Palito
Everything Might Spill, de Lesly Telford/Collage
Música: Marcos Balter, Karl Friedrich Abel, Alva Noto + Ryuichi Sakamoto, Zoe Keating, Murcof, Max Richter y Dirk Haubrich
Escenografía: Yoko Seyama (con fotos de Fernando Marcos)
Vestuario: Brege Van Balen
Diseño de luces: Tom Visser
Reparto: Elisabet Biosca, Alba Carbonell, Jessica Anne Lyal, Eliton Barros, Giusseppe Dagostino, Hugo Cortey, Doron Perk, Erez Ilan
Fractus, de Luisa María Arias
Música: Antonio Mariscal (Miguel Tallada, colaboración)
Escenografía: Luisa María Arias
Vestuario: Cecile Christy
Diseño de Luces: MNicolás Fischtel
Reparto: Elisabet Biosca, Alba Carbonell, Jessica Anne Lyal, Eliton Barros, Giusseppe Dagostino, Hugo Cortey, Doron Perk
Gnawa, de Nacho Duato
Música: Hassan Hakmoun/Adam Rudolph (Gifrt og the Gnawa, "Ma'Bud Allah"), Juan Alberto Arteche y Javier Paxariño (Finis Africae, "Carauari"), Rabih Abou-Khalil, Velez Kusur y Sarkissian (Nafas, "Window")
Figurines: Luis Devota y Modesto Lomba
Diseño de luces: Nicolás Fischtel (AAI)
Reparto: Elisabet Biosca, Eva Boiro, Heejae Choi, Camille Granet, Sandra Guénin, Antonio Sisca, Alba Carbonell, Jessica Anne Lyal, Eliton Barros, Giusseppe Dagostino, Hugo Cortey, Doron Perk, Erez Ilan
Dónde: Teatro de Madrid
Dirección: Avda. de la Ilustración, s/n
Hasta: 26.03
Horario: De jueves a sábado a las 20.30h. Domingo a las 18h.
Precio: De 10 a 18€
Venta de entradas: http://www.entradas.com/
Everything Might Spill, de Lesly Telford/Collage
Música: Marcos Balter, Karl Friedrich Abel, Alva Noto + Ryuichi Sakamoto, Zoe Keating, Murcof, Max Richter y Dirk Haubrich
Escenografía: Yoko Seyama (con fotos de Fernando Marcos)
Vestuario: Brege Van Balen
Diseño de luces: Tom Visser
Reparto: Elisabet Biosca, Alba Carbonell, Jessica Anne Lyal, Eliton Barros, Giusseppe Dagostino, Hugo Cortey, Doron Perk, Erez Ilan
Fractus, de Luisa María Arias
Música: Antonio Mariscal (Miguel Tallada, colaboración)
Escenografía: Luisa María Arias
Vestuario: Cecile Christy
Diseño de Luces: MNicolás Fischtel
Reparto: Elisabet Biosca, Alba Carbonell, Jessica Anne Lyal, Eliton Barros, Giusseppe Dagostino, Hugo Cortey, Doron Perk
Gnawa, de Nacho Duato
Música: Hassan Hakmoun/Adam Rudolph (Gifrt og the Gnawa, "Ma'Bud Allah"), Juan Alberto Arteche y Javier Paxariño (Finis Africae, "Carauari"), Rabih Abou-Khalil, Velez Kusur y Sarkissian (Nafas, "Window")
Figurines: Luis Devota y Modesto Lomba
Diseño de luces: Nicolás Fischtel (AAI)
Reparto: Elisabet Biosca, Eva Boiro, Heejae Choi, Camille Granet, Sandra Guénin, Antonio Sisca, Alba Carbonell, Jessica Anne Lyal, Eliton Barros, Giusseppe Dagostino, Hugo Cortey, Doron Perk, Erez Ilan
Dónde: Teatro de Madrid
Dirección: Avda. de la Ilustración, s/n
Hasta: 26.03
Horario: De jueves a sábado a las 20.30h. Domingo a las 18h.
Precio: De 10 a 18€
Venta de entradas: http://www.entradas.com/
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